El Alma de los Vinos Únicos
De la Riva

Una de las principales razones por las que de La Riva cautivó a Ramiro Ibáñez y Willy Pérez fue la rigurosidad y atención al detalle que encontraron en los libros de bodega que Manuel Antonio de la Riva fue rellenando religiosamente a lo largo de los años. Manuel Antonio llegó a Jerez a finales del siglo XIX y compró 53 ha en el pago Macharnudo creando De la Riva. La bodega permaneció en manos de la familia hasta que la compró Domecq en los 70. Con la disolución de Domecq De la Riva también desapareció.
El libro, comenta Pérez, “nos ayudó mucho a la hora entender los distintos pagos o la evolución del palo cortado o la propia terminología almacenista. Fue, en fin, una especie de piedra Rosetta en ciertos temas”. Por otra parte, Willy y Ramiro tuvieron la oportunidad de probar algunas viejas botellas de La Riva, entre ellas un amontillado viejísimo prefiloxérico que definitivamente les convenció a embarcarse en este proyecto y rescatarlo del olvido. Una de las claves a la hora de recuperar la identidad de la bodega era tener acceso a la misma fruta que antaño utilizaban para sus botellas ya que como el propio Willy comenta “La Riva siempre ha estado íntimamente ligada al viñedo”. Por tanto, la idea ha sido también la de encontrar vinos únicos con una identidad bien marcada por su procedencia y singularidad.
El proyecto de De La Riva está dividido en dos partes: una de elaboración y otra de recopilación de vinos de almacén. En cuanto a la elaboración, han empezado con un sistema de soleras que dará sus primeras botellas en unos seis años. Para el primer lanzamiento han elaborado un vino blanco con uvas procedentes de El Notario, con algo de flor y un asoleo de ocho horas que le da al vino esa densidad y estructura característica de los vinos de Jerez de los años 1930 y 1940. Para la parte almacenista se han centrado en una selección de vinos viejos que responden de alguna manera al universo de De La Riva. Son vinos, como describe Willy, “con una trazabilidad muy marcada y todos responden a las características del pago de donde provienen”. El proyecto, que va cambiando según la añada, consiste actualmente, por una parte, en una manzanilla, un vino de pasto y una manzanilla pasada. Por otra, en ediciones limitadas de vinos viejos que van surgiendo y que responden a las características de De la Riva.

Este proyecto une a dos de las personas más entusiastas y que más conocen el mundo del Jerez. Ambos tienen sus propios proyectos y con este quieren profundizar en el estilo de uno de las marcas históricas que más admiran.