El Alma de los Vinos Únicos
Domaine Michel Lafarge

Si la palabra clásico en Borgoña tuviera una definición sería esta bodega. Michel Lafarge es una bodega que siempre se ha mantenido fiel a la tradición familiar a la hora de elaborar los vinos. La sencillez y el buen hacer combinado con la meticulosidad y la intuición hacen que esta pequeña bodega de Volnay en la Côte de Beaune este siempre entre las más grandes de todo Borgoña. Frédéric Lafarge no necesita que sus viñedos sean Grand Cru o Premier Cru para demostrar su capacidad para elaborar vinos deslumbrantes. Cada uno de sus vinos recibe el mismo cariño y la misma atención al detalle.
La bodega de Lafarge fue construida en el siglo XIII y salvo alguna pequeña remodelación, como un viejo ascensor, se ha mantenido prácticamente intacta. Los Lafarge fueron de las primeras bodegas de Volnay en rebelarse contra el sistema de negociantes y embotellar sus propios vinos. Las primeras botellas vendidas, en 1934, fueron el Bourgogne Passe tout grain y el Volnay Clos des Chênes y ya en la década de los 60 todo el vino se vendía en botellas. En 1950 se hace cargo de la bodega Michel Lafarge y desde 1978 está en manos de su hijo Frédéric, a quien acompaña ahora su hija Clothilde.

Actualmente cuentan con una impresionante colección de viñedos repartidos sobre todo en Volnay con algunas parcelas en Pommard, Meursault y Beaune. En total la propiedad de los Lafarge cubre un total de 12 hectáreas y todas ellas son trabajadas en biodinámica. En 1997 Frédéric hizo una prueba con la biodinámica en dos de sus parcelas y cuando vio el resultado empezó a aplicarla a todo el viñedo desde el año 2000.
En Volnay tienen viñedos en los mejores Crus aunque el verdadero tesoro está en su propio jardín y es el Premier Cru monopole Clos du Château des Ducs. Todos los viñedos que han sido replantados y todas las cepas que mueren se reponen a partir de una selección masal de las cepas más viejas y mejores de la propiedad. Esto aporta tipicidad y complejidad a los vinos.
En bodega siguen una línea de trabajo tradicional. La uva se despalilla totalmente, algunas parcelas incluso a mano, se fermenta con levaduras autóctonas en depósitos de cemento y con pipeage o pisado prudente. La madera nueva se utiliza en dosis mínimas oscilando entre un 5% y un 15% máximo según la añada. La crianza suele durar 18 meses y después la bodega mantiene los vinos unos 8 meses antes de sacarlos al mercado. Los vinos son armoniosos siempre con esa característica elegancia de Volnay. Sin lugar a duda una de las bodegas más admiradas y respetadas de la Côte de Beaune.